Una ola naranja que NO se convertirá en estadísticas
Con el cambio de sexenio las mujeres inmersas en la violencia que se vive en cualquier latitud del país recibíamos con esperanza está transición gubernamental, un titular en el ejecutivo que nos prometía un cambio de régimen y el México en paz que todes siempre hemos anhelado, pero especialmente las mujeres que tenemos claro cuando salimos de casa, mas no cuando regresamos, en caso de regresar.
Los días empezaron a transcurrir, después la semanas y lo meses, hoy 9 meses después la violencia machista expresada en violencia contra la mujer no cesa, a pesar del “compromiso” por tomar una nueva ruta de seguridad para una vida libre de violencia contra la mujer; y otra vez nos convertíamos en una estadística, una estadística ahora incrementada con 9 asesinatos diarios violentos por razones de género hacia las mujeres, frente a 7 del año pasado. Es decir cada día en nuestro país 9 mujeres son asesinadas por ser mujeres y sin embargo esto no genera la suficiente fuerza para replantear las acciones que se están tomando, si es que se están tomando.
En el marco de este día naranja, que vivimos buscando hacer conciencia de la violencia contra la mujer cada 25 de mes , es preciso mostrar este escenario fallido, una ola naranja que aunque nos ha congregado a todas las mujeres del país, de diferentes edades y estratos sociales parece no tener eco al interior de este gabinete, un gabinete que si bien está integrado por diferentes perfiles de mujeres parece no tener una ruta con perspectiva de género y lo que es peor aún un mínimo sentido de humanidad para ponerle fin a esta cacería de mujeres.
Hoy la historia de violencia que vivimos las mujeres se ha resumido en meras estadísticas, en los diarios, las notas de prensa, la televisión , la radio y las investigaciones que estudian lo ocurrido; las mujeres mexicanas nos hemos convertido en cifras , en un intento por arrebatarnos así nuestra esencia humana, una esencia que no estamos dispuestas a perder.
Somos una ola naranja que no va a permitir más violencia misógina, más abusos sin castigo y la impunidad como forma de vida ante un Estado omiso, somos la voz y fuerza de aquellas a las que el sistema les quitó su nombre y les puso un número, somos la generación que no va a descansar hasta que el #NiUnaMas sea una realidad tangible que disfrutemos en comunidad, somos la resistencia que no está dispuesta a convertirse en estadística, somos un presente que quiere futuro, soñemos libertad y trabajemos por ella.
¿Nos acompañas?
Jimena Berthely
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