¡Exijamos lo que por derecho es nuestro!

¡Exijamos lo que por derecho es nuestro!

El que suscribe, el ciudadano André Fernández García, director de la comisión de formación política y electoral de Jóvenes en Movimiento Michoacán e integrante del mismo. Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 6 fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos así como el artículo 1 fracción II, de la Constitución del Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo. Sé remite este oficio al público en general como columna de opinión personal acerca de la Seguridad Ciudadana y el Procedimiento Civil y Jurídico para alcanzar la paz en México.

 

No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla.

-Eleanor Roosevelt.

 

 

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

 

El Estado mexicano ha dejado de garantizar los mínimos propósitos que le dieron origen al mismo, como: la vida de las personas, sus libertades y la protección de su patrimonio, la seguridad pública, la procuración e impartición eficaz de justicia, el respeto y reconocimiento a los derechos humanos que requieren de una activa participación ciudadana.

 

La tranquilidad ciudadana y la paz social son condiciones indispensables para la viabilidad de cualquier propósito humano.

 

La delincuencia organizada, robos, feminicidios y la impunidad, han hecho que disminuya la confianza de la población en los órganos de procuración e impartición de justicia y en las corporaciones policíacas. En respuesta, las autoridades civiles han renunciado de su responsabilidad de garantizar la seguridad pública y han trasladado esa tarea a las fuerzas armadas con decisiones que se han apartado de nuestro marco constitucional. Los órganos de procuración e impartición de justicia viven permanentemente presionados y en algunos casos obligados por la delincuencia organizada, limitando la acción del Estado en su combate.

 

A esto se debe agregar el desequilibrio que aún persiste en la armonía de los poderes Ejecutivo y Judicial, lo cual obstaculiza la autonomía y pone en tela de juicio el principio de imparcialidad en las decisiones.

 

Todos estos factores, unificados a la creciente vulnerabilidad de los derechos humanos, han dado lugar, particularmente en las grandes ciudades, a una atmósfera de inseguridad ciudadana asfixiante y a la evidente pérdida de la tranquilidad y paz, circunstancia que tensa y rompe el tejido social. Por ello debemos mejorar los mecanismos de colaboración y coordinación de los cuerpos policiales de los tres órdenes de gobierno, para lograr que éstos sean eficientes y atiendan la demanda ciudadana de combate a los delitos.

 

Por lo anteriormente comentado yo propongo tres puntos clave para mejorar la seguridad pública en México:

 

  • Como ciudadanos fomentemos el respeto y la confianza en los policías y los órganos garantes de la seguridad pública a través de procesos de certificación, evaluación y controles de confianza abierto a la participación de la sociedad civil.

 

  • Otra de las razones por las que opino que no se lleva a cabo la seguridad pública, es porque no se recompensa adecuadamente a los y las personas integrantes de corporaciones policiales, por ello es clave dignificar a través de salarios dignos, prestaciones sociales y protección para el personal de las instituciones policiales y sus familias.

 

  • Creo firmemente que también urgen reformas legislativas para organizar y regular la actuación de las instancias oficiales en materia de defensa de los derechos humanos, a fin de vincular sus recomendaciones a acciones judiciales que puedan desprenderse de acuerdo a la ley.

 

Por último, invito personalmente a que en las siguientes elecciones investiguemos bien a las y los candidatos en materia de seguridad pública. Es nuestro derecho y nuestra obligación estar bien informados acerca de la seguridad social pública que nos garantizan nuestros representantes populares.

 

Exijamos lo que por derecho es nuestro.

-André Fernández García.

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